¿Qué le dice al joven la Mujer coronada de estrellas?
Así de sencillo y directo, ¿qué le dice una extraordinaria
mujer nazarena que vivió hace 2 mil años a un joven distraído por una sociedad
que muere en su propio egoísmo? ¿Quién es esta figura que fascina y atrae a muchos
jóvenes?
Pero entonces, ¿Qué atrae de esta sencilla Virgen?, ¿No es
ella la antítesis de lo que le propone “la máquina” a los jóvenes de la
actualidad? ¡Pues esto es!: Lo que cautiva al joven de María es Jesús. Ésta es
una mujer transparente, supo ser de Dios y para Dios desde el primer momento,
sin despersonalizarse se entregó a Dios y su voluntad: esta autenticidad y
radicalidad por lo que se ama es la que envidiaría hasta el más reaccionario
izquierdista que no se apropia totalmente ni se convence realmente de lo que
cree (ya que estos tienen que defender
con violencia aquello en lo que cree, lo que significa que lo que cree es tan
débil que depende de la intimidación)
Los jóvenes creyentes encuentran en la Virgen María una
respuesta que compromete todo su ser, terminamos viendo en ella las agallas que
nos faltan a nosotros para responder al plan de Dios. En ella vemos un sí que
no se nubla a lo largo de su vida, es una mujer consecuente pero a la vez
abierta a la iniciativa de Dios, nunca lo primero se antepone a lo segundo pues
solo Dios puede sostener una respuesta así.
La Inmaculada Concepción no es para el joven una barrera
condicional que lo separa de la llena de gracia, como si fuera un privilegio
que levanta un abismo entre la Virgen y el resto de la humanidad, al contrario,
vemos al mismo Dios que le concedió este don increíble actuando en las aguas
bautismales dándonos la misma dignidad de hijos que ella gozó. Al igual la
virginidad perpetua, que no se convierte en el grito conformista de “como ella
fue siempre Virgen, ¡así quien no!” y nos pone en contacto con un ideal posible
de castidad y apertura al plan de Dios. María nos dice que Dios es fiel, que
siempre cumple sus promesas, que su amor
irrumpe en la Historia y la hace nueva, la sana, la purifica: la Virgen María
da testimonio del Evangelio y de cómo nos transforma, y esto es también una
buena noticia para el joven que espera un oasis de esperanza en medio del sol
abrasador de una sociedad indolente y cruel pregonera de malas noticias.
María no es un ejemplo de sumisión al machismo como muchos
aseguran, ni tampoco es un instrumento desechable utilizado por un dios
maquiavélico para cumplir sus objetivos. En la Virgen María los jóvenes también
descubrimos la dignidad que tenemos ante Dios, dignidad que el mismo Dios tomó
de sus entrañas para ser uno de nosotros. Por eso ella fue preservada de todo
pecado, Dios Altísimo que no conoce de pecado solo podía nacer en la carne de
la más pura de sus creaturas. El joven está asqueado de ser utilizado, de ser
un target de la publicidad, de ser desechado luego ser exprimido hasta que se
le quita la última gota de ilusión, por medio de la Virgen María el Señor tira abajo las farsas de una sociedad que
quiere engañar a los jóvenes ofreciéndoles falsos paraísos artificiales y les
muestra un seguimiento que da verdadera plenitud a sus vidas.
Tenemos por ejemplo el Santo Rosario, muchos se sorprenden
de ver como esta oración ha tenido un florecimiento especial en manos de las
nuevas generaciones, como el Rosario pasó de manos cansadas a manos dinámicas y
llenas de optimismo. ¿Cómo puede ser que los jóvenes se sientan tan atraídos a
una oración considerada por muchos (sin fundamento claro está) como aburrida o
repetitiva?. Los jóvenes hemos redescubierto el dinamismo original de esta
oración, la constante meditación de la
Historia de Salvación en las cuentas del
Rosario le han devuelto al joven su propia historia, historia que le ha
intentado quitar la sociedad detrás del materialismo y de lo instantáneo. El
rosario se ha convertido en el antídoto del joven sin historia, del veneno de
la evasión y la pereza, hay pocas cosas como el pasar de las cuentas de Rosario
que adentren al joven en sí mismo y lo lleven al encuentro con Dios que habla
en su interior.
Entonces, ¿Qué le dice al joven la figura de la Virgen
María?, pues le dice mucho, María nos da a Cristo a los jóvenes como lo hizo
hace dos mil años y nos dice sólo seis palabras y con ellas nos da el mejor
consejo, el que nos dará más alegría: “Hagan lo que Él les diga”.
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