El joven envuelto en llamas
El joven en la sociedad es castigado por creer,
inmediatamente es tachado con el modelo del
“ignorante religioso”, así tal
parece que los contenidos huecos de ideologías trasnochadas valen más que la
vivencia autentica de una experiencia liberadora que provoca el encuentro con
Dios, vivimos en una sociedad que exige tolerancia hacia todo pero se reserva
el derecho de respetar únicamente a los que colaboran con sus propios intereses
muchas veces ocultos.
Pero justamente la juventud es la portadora de la esperanza,
todo joven está llamado a ser luz en medio de las oscuridades en las que vive
pues justamente ahí en las tinieblas es donde su misión encuentra su sentido:
nada de confundirse cómodamente donde ya hay luz, ¡el joven se debe consumir
dando luz en la oscuridad!
Recurro a la imagen mitológica del ave fénix, adoptado como
signo cristiano de la resurrección de Cristo, para retratarnos en nuestra
misión, el joven como portador de la esperanza no lleva a sus espaldas un
contenido abstracto imposible de presentar, la esperanza la debemos llevar a
flor de piel, como algo visible. El fénix es un ave fabulosa que se consumía por acción de su
propio fuego para luego resurgir de sus cenizas siendo por esto inmortal. Esta
imagen capta la esencia del testimonio del joven cristiano en la sociedad donde
vive: debe vivir para consumirse, para dar su fuego a los demás sin temor a
apagarse porque cuando esto suceda de sus propias cenizas renacerá para dar nuevamente su fuego, surgiendo de nuevo de la experiencia Pascual de la Resurrección de Cristo.
Por eso para ti, joven en llamas, que has encontrado a Quien
le da sentido a tu vida; o para ti joven en cenizas que te deseas levantar y
reencender tu fuego para hacer brillar a Cristo en medio del mundo, aquí te
presento tu misión:
- El fénix sabe que su llamado es dejar que su fuego lo inunde. Esto es lo más grande: lo que desde pequeño has tenido en ti y te hace ser lo que eres llegará a su plenitud y te abarcará completamente. Fuiste creado para ser santo, esto es a lo que estás llamado.
- Fénix, tu fuego no es para herir, es para encender otros fuegos. Que lo que recibiste desde el Amor no sea usado para el mal. Tus dones son para edificar, no para destruir.
- El fénix debe estar en movimiento, si el fuego se estanca se extingue, ningún lugar terreno es propio para aquel que apunta hacia el Cielo. Este mundo es tan solo la antesala de la eternidad.
- Recuerda fénix que el fuego no te pertenece ¿Cómo te consideras dueño de algo que no pediste, que te ha dado tanto que no tenías y te ha hecho brillar como ni lo habías imaginado? Recuerda que si el fuego no es tuyo la luz tampoco es completamente tuya ¡Tú eres partícipe de algo que te trasciende!
- Fénix, has caído, tus llamas parecen apagarse, de ti solo quedan las cenizas. Contempla esas cenizas, siéntelas, la próxima vez tu fuego no se extinguirá tan fácil.
- Nunca olvides que los grandes fuegos inician con una pequeña chispa, pero aunque sea inmenso el incendio la función del fuego es solamente una: la que realizó la chispa en un principio. El Reino es del tamaño de una semilla de mostaza, pero crea algo mucho más grande.
- El fénix no tiene miedo de compartir su fuego, pues sabe que el encender a otros no lo hace menos sino que lo hace vivir en otros. Aquel hombre que yacía medio muerto entre Jerusalén y Jericó se llevó algo del buen samaritano que se detuvo a auxiliarlo con lo que tenía.
- El fénix que desperdicia su fuego en los lugares no indicados pierde su norte y se queda a medias. Todo lo puedo hacer, pero no todo me conviene.
- El fuego interior se enciende en la obediencia, solamente podrá volar completamente libre aquel que sea fiel al fuego que arde en su interior. Como María, siempre se debe escoger la mejor parte.
- El fénix encuentra su fuego en el interior, nunca lo encontrará fuera. Dentro de sí hay una llama eterna que lo alimenta.
- Fénix, has lo posible para alimentar tu fuego cada día, muchos se ven en cenizas por descuidar su fuego y dejar que se apague poco a poco. Un fuego nunca arde lo suficiente. La oración es el mejor combustible para no quedarse a medias.
- El fénix que quiera arder solo tendrá que consumirse solo, como una luciérnaga que brilla sola en el campo y no se percibe. El fénix que suma su fuego al de otros brillará por siempre. Ningún hombre se salva sólo, el hombre se salva en comunidad.
- El fénix se apaga cuando se busca a si mismo, el fuego que se intenta contener para sí se extingue.
- Pocos imaginan el fuego potencial que existe en un leño seco, toco corazón seco tiene una capacidad inmensa para arder si lo enciende la chispa adecuada.
Joven, tu eres portador de la esperanza, eres portador de Cristo: ¡EMPIEZA A BRILLAR!
Comentarios
Publicar un comentario