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Mostrando entradas de 2014

¿Qué le dice al joven la Mujer coronada de estrellas?

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Así de sencillo y directo, ¿qué le dice una extraordinaria mujer nazarena que vivió hace 2 mil años a un joven distraído por una sociedad que muere en su propio egoísmo? ¿Quién es esta figura que fascina y atrae a muchos jóvenes? El joven busca, es curioso, lo quiere todo ya. Vive en la inmediatez, aunque ansía dejar una huella eterna: ésta es una de las crisis existenciales que vive la juventud, cómo construir lo eterno en una sociedad tan desechable, tan plástica, tan superficial; al final termina viendo esto como una utopía de cristal que se desmorona y termina en el conformismo. Quiere ser tenido en cuenta pero bajo sus condiciones, quiere que se le escuche pero bajo sus términos, quiere sus derechos pero sin sus deberes. Se abandera detrás de cualquier escudo que le prometa un futuro, deja morir sus sueños e ideales por cadáveres disfrazados de progresismo, vende lo que tiene de inmediato por comprar las habichuelas mágicas del prestigio y el éxito.   Pero ent...

El joven que huele a viejo

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Es una raza nueva de jóvenes, que nacen del querer vivir los sueños ajenos. Son la antítesis de la juventud auténtica, quieren usar lo descontinuado para construir lo nuevo, quieren hacer un futuro de retazos. Aquí hay dos imágenes que ilustran bien esta situación: Son imágenes simples: ambos son instrumentos para medir el tiempo, pero uno está desactualizado para responder a las necesidades actuales, el otro es apto y adecuado a nuestros tiempos. Los dos cumplen la misma función, cambia solamente la forma en que lo hacen. Justamente este es el misterio del joven envejecido, ha recolectado en sí las mañas del pasado y todo aquello que funcionó en un momento. Ha hecho suyos los sueños ajenos y vive en la frustración de no estar nunca satisfecho. El joven en su servicio pastoral se ve retado por esta tentación de heredar cacicazgos o liderazgos cansados, seguir reanimando modelos pastorales desactualizados para responder a una nueva generación de jóvenes con sed de l...

El joven zombie

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Nunca fui un junkie del celular. Bastaba tener un aparato que recibiera llamadas y enviara mensajes para mantenerme seguro, no sé realmente en que momento el celular se volvió tan necesario.  Al inicio fue un drama pero ahora puedo decir que un celular estropeado ha sido una de las mejores cosas que me han pasado últimamente.  No es una trivialidad, es un reality check. Está siempre en nuestro discurso la imperante necesidad de no apegarse mucho a los medios porque se terminan desestimando los fines, pero como la mayoría de los supuestos este también se termina archivando en el montón de lo “sabido” hasta pegar de frente con un muro. Hoy tenemos una app para todo: para salir a caminar, para compartir fotos de lo que se come, para ver a alguien al otro lado del mundo o conocer a la distancia sitios que nunca visitaremos; hemos virtualizado cada parte de nuestra vida y la hemos comprimido en un pequeño celular.  La aparente innovadora tec...

El joven envuelto en llamas

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El titulo no es una comparación oportunista con uno de los últimos blockbusters de la industria del cine ni tampoco un a concepción fantasiosa de un personaje heroico, sino un acercamiento a la realidad que vive el joven de una manera diferente : no me valgo aquí de interpretaciones psicológicas, o de meras impresiones desde fuera de la cancha donde se foguean diariamente millones de jóvenes  en condiciones terriblemente hostiles a su espíritu y especialmente a su vivencia de la fe. El joven en la sociedad es castigado por creer, inmediatamente es tachado con  el  modelo del  “ignorante religioso”,  así tal parece que los contenidos huecos de ideologías trasnochadas valen más que la vivencia autentica de una experiencia liberadora que provoca el encuentro con Dios, vivimos en una sociedad que exige tolerancia hacia todo pero se reserva el derecho de respetar únicamente a los que colaboran con sus propios intereses muchas veces ocultos. Pero ju...

El joven que no se va a morir

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No me voy  morir, cantaba hace poco una canción que parecía en esta pequeña frase exponer la expectativa del colectivo juvenil actual. Este artículo no es una crítica ni mucho menos una generalización, si fuera así yo sería el primer en recibir la pedrada pues para escribir esto antes que ver hacia fuera tuve que mirar hacia dentro. En los ambientes juveniles pasamos recientemente de la muy conocida sociedad plástica engullida por el dragón del materialismo a una sociedad líquida donde todo lo definitivo ha quedado en la arbitrariedad. Ya ni siquiera contamos con la frialdad  de la superficialidad que pone al joven después de tocar fondo en encuentro con valores más altos, ahora vivimos la tibieza de no tomar bandos  y quedarse en un intermedio acallador de consciencias que nos estanca en un hoy eterno. El joven hoy sufre del dolor que llega más profundo: el dolor silencioso y sistemático del sinsentido . No se le ofrece a la juventud un “más allá”, reina u...